¡Gracias Bitcoin por todo el respeto y la equidad!
Mientras continúa la lucha por liberar al mundo de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que económicamente limitan a las mujeres, quizás ha pasado desapercibido el hecho de que el planeta cuenta con el «Sistema de efectivo electrónico de igual a igual», la poderosa frase con la que Satoshi Nakamoto describió a Bitcoin.
Nakamoto ideó a Bitcoin en su esfuerzo por crear un antídoto para revertir el colapso de la economía, provocado por el dinero en manos de los Estados. Tomando esto en cuenta, me pareció confuso lo que leí en un estudio publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual señala que la humanidad no podrá superar la pobreza hasta que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos y acceso a oportunidades financieras.
El documento me dejó pensando, porque mientras leía me quedaba claro lo distante que está el sistema financiero tradicional de ofrecer a las mujeres un mundo más equitativo desde lo económico. Sobre todo, porque la paridad de género no se está recuperando en materia de salarios e ingresos. Y al ritmo actual con el que se reduce la brecha, se requieren 132 años para alcanzar la equidad plena, como lo apunta el FMI.
En su informe, el organismo asegura que el sistema financiero basado en monedas estatales está en crisis y el alto costo de la vida afecta más a las mujeres, que continúan ganando y acumulando riqueza en tasas inferiores.
Comprendiendo que el mundo nos tiende trampas para que no lo logremos, decidí contarte parte de mi historia. Tengo la esperanza de que puedas descubrir, como yo, que a pesar de toda la basura que nos están lanzando, hay algo más allá de lo evidente que puede ayudarnos a alcanzar la equidad y un mejor panorama financiero.
Mujer, no fue culpa tuya, ni tampoco mía
Te aclaro que no voy a entregar una fórmula mágica para que seas rica. De hecho, yo no lo soy. Solo pretendo mostrar una puerta de entrada hacia un sistema que te ayuda a soportar el mundo en el que estás parada ahora.
De la mano de la tecnología de Bitcoin aprendí que los Estados y sus políticas se han combinado para controlar el dinero y preservar el status quo. A costa de todo lo que signifique mejoras para la civilización.
Mientras los gobiernos y sus bancos emitan dinero a granel, la pobreza seguirá existiendo. Por alguna razón, alguien, un grupo, un espectro o cualquier cosa que fuese, se aseguró de que, históricamente, las mujeres tuviésemos más probabilidades de ser pobres. Para lograrlo, refuerzan narrativas sobre los supuestos roles sociales diferenciados para hombres y mujeres.
Entonces, como diría Shakira: «sin que sea culpa tuya, ni tampoco mía», la desigualdad de género es una de las formas de disparidad más antiguas y generalizadas. Nos convierte en seres mudos, devalúa nuestro trabajo y hace que nuestra posición sea desigual. Aparte, es una de las barreras que limitan el empoderamiento económico femenino.
Ya, dejen el sabotaje
Por las normas sociales dictadas para las mujeres, recibí críticas desde los 3 años, cuando hacía acrobacias con un triciclo y daba señales de que sería apasionada del ciclismo. «Esas no son cosas de niñas».
Según las creencias y valores sociales tampoco podía practicar kárate, correr bicicleta o dedicarme al periodismo deportivo. Mucho menos, podía comentar un partido de fútbol para alguna emisora que se atreviera a darme la oportunidad. Fui criticada «porque es tarea exclusiva de hombres».
No faltó quien emitiera juicios acerca de las capacidades que, según ellos, tienen los hombres para realizar mejor esas tareas. Tampoco faltó quien tuviera percepciones confusas sobre mi género, al no seguir conductas establecidas para mujeres.
Todo se complicó luego cuando los bancos exigían la firma de mi esposo para otorgar un crédito, precisamente para financiar mi deseo de disolver el vínculo conyugal. Mi tarjeta de crédito fue eliminada por ser extensión de la de mi expareja. Mientras duró el matrimonio no la usé, pero la deuda fue pagada por ambos.
Quedó claro para mí que las normas restrictivas, y el trato diferenciado que recibimos las mujeres, afectan todos los aspectos de la vida.
Lo más contradictorio es que recibir un trato justo, permitiría construir economías más sólidas, tal como señala el FMI. Por eso me pregunto ¿cuál es el sabotaje? ¿No entienden que se están disparando en un pie antes de correr el maratón?
Hello Bitcoin
No hay nada, ni nadie que me haya ofrecido un trato más justo que Bitcoin. Creo que cada Día Internacional de la Mujer debemos enarbolar la bandera de la criptomoneda pionera.
Ya sé, te preguntas ¿cómo saltamos de la injusticia hacia las mujeres a Bitcoin? Deja que te explique.
Después de vivir buena parte de mi vida en entornos donde se suponía que encajaría, un día descubrí que no estaba hecha para responder al estereotipo socialmente creado.
Así, mientras las chicas a mi alrededor esperaban «al hombre de su vida», sucedió algo mágico que lo cambió todo para mí. Accidentalmente escuché a un hombre hablar a otro sobre el futuro del dinero basado en una tecnología descentralizada.
Sus palabras me mantuvieron prendada. No pregunté nada a los desconocidos, quienes, sin saberlo, me presentaron a Bitcoin. La introducción duró minutos, los suficientes para que me picara el gusanillo por esa tecnología.
Solo Bitcoin te trata «de igual a igual»
Conocí a Bitcoin en 2017, dos años después abandoné mi trabajo como periodista de Deportes para investigar sobre el sistema de Satoshi Nakamoto.
No tuve obstáculos para comenzar usar y acceder a la nueva tecnología, tampoco he escuchado a alguien de esta comunidad pronunciar frases discriminatorias. De hecho, según lo lineamientos de la red no importa si en su ecosistema abundan hombres o mujeres, pues el enfoque está en lo que está haciendo cada quien. Lo que me parece genial.
Quiere decir que, basados en la filosofía de Bitcoin, el trato es de igual a igual, cumpliendo con la promesa que evoca su título: «sistema de efectivo electrónico entre pares».
En mi país, Venezuela, el segundo del mundo con mayor inflación de precios de los alimentos, BTC me ayudó a apreciar la belleza de su límite de 21 millones y su naturaleza deflacionaria.
La plataforma también me ayudó a tener control sobre mi dinero, y ahorrar sin depender ni de los bancos, ni de una pareja. Esto se debe a su naturaleza descentralizada que permite separar el dinero del Estado.
Mientras a Bitcoin no le importe si somos hombres o mujeres, ayuda a revertir los patrones de discriminación por motivos de género. También amplía las oportunidades de las mujeres de acceder a la economía, estimula su productividad y reduce su vulnerabilidad económica.
Ya sabemos que el mundo no va a cambiar para nosotras en el corto plazo. Las que estamos aquí ahora no vamos a vivir cien años para comprobar que todo sea diferente en el futuro. Lo que sí podemos hacer, en este momento, es educarnos sobre Bitcoin.
La riqueza soberana cambia la vida, así que lo mejor que puedes hacer es no dejarte confundir por los mitos y barreras impenetrables que muchos han tendido alrededor de Bitcoin. Piensa en las oportunidades que puedes hallar en una tecnología que representa la emancipación del patriarcado financiero.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.
Fuente original: https://www.criptonoticias.com/opinion/gracias-bitcoin-respeto-equidad/